Pastor Luis Acevedo

La Mansedumbre y La Humildad

Gálatas capítulo 5:22-23 nos dice lo siguiente: “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”. El carácter cristiano no es meramente rectitud moral o legalista sino la posesión y manifestación de las gracias o virtudes de los versículos arriba mencionados. Tomadas en conjunto presentan un retrato moral de Cristo, y pueden considerarse como la explicación que hace el apóstol cuando él dice que “ya no vivo yo, mas vive Cristo”, y como una definición de “fruto” en el Evangelio de Juan capítulo 15:1-8. Si vemos este carácter es posible en razón de la unión vital entre el creyente y Cristo, y es en su totalidad del fruto del Espíritu. “Fruto”, en contraste con “obras”, indica que la vida del cristiano en el Espíritu está unificada en propósito y dirección en contraste con la vida en la carne, con sus conflictos internos y frustraciones.

La palabra de Dios nos enseña que debemos ser mansos (dóciles, que se dejan enseñar y responden fácilmente) por encima de todo en nuestra relación con Dios, y también en nuestra relación con el prójimo. Para convertirnos en esta clase de personas es necesario que Dios nos entrene y discipline. También una palabra muy semejante a mansedumbre en su significado es magnánimo, que se define como “generoso para perdonar; que evita el resentimiento y la venganza; altruista; caballeroso”.

La mansedumbre es una parte importante del verdadero amor como nos lo declara 1 corintios 4-5 donde nos dice que el amor es paciente, es bondadoso… No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente. La Biblia le concede gran valor a la mansedumbre como dijo Jesús en Mateo 5:5 “Bienaventurados los mansos, porque ellos recibirán la tierra por heredad”. Si vemos esta es una gran recompensa por ser mansos. Ya que “manso” no es una palabra muy popular en la actualidad y no es una palabra muy empleada, las traducciones modernas de la Biblia con frecuencia la sustituyen por humildad, un buen sinónimo.

Sin embargo, debemos tener en mente que “humildad” casi siempre se refiere a las acciones, en tanto que
“mansedumbre” tiene que ver con la actitud el cual es el enfoque total de la mente aunado a la acción. En resumen, la mansedumbre produce humildad. Todo esto nos ayuda a entender porqué la mansedumbre es una de las bienaventuranzas, una de las actitudes maravillosas que Dios promete bendecir como dijo Jesús en el sermón del monte en el Evangelio según Mateo capítulo 5 y versículo

¡Dios te bendiga!
Pastor Luis Acevedo

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